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La casa en el Lago

sábado, 6 de junio de 2020

La casa en el Lago


Recuerdo que cuando era pequeño mi abuela solía llevarme a Misa todos los domingos en la capilla del barrio, también recuerdo oirla "cuchichear" el rezo de su rosario todas las noches. Más tarde cuando pude hablar yo mismo le pedí a mi abuela que me enseñara a rezar. Fueron primero sus palabras y luego yo las repetía, cada noche quería ir a dormir con la abuela porque los rezos me daban paz y quería hablar con Dios.
También recuerdo que a veces cuando rezaba me quedaba observando tres cuadros que ella tenía: uno era con el rostro de Jesús , y otros dos que creo que eran imágenes de Polonia o Ucrania, el primero es una casa solitaria en medio de un lago y alrededor árboles con sus hojas amarillas, el segundo era un bosque de altos árboles y un sendero al medio.
Niña/o agradece siempre a Dios por ese ser tan especial que Dios te puso al lado para llevarte a El, a tu mamá, abuela, tía, madrina, papá, padrino, abuelo, a quien sea. Y si hoy te toca ser alguien especial en la vida de un hijo, nieto, ahijado, no pierdas la oportunidad de darle el mejor regalo que puede recibir en este mundo, la FE.

jueves, 16 de enero de 2020

Para una foto sin título


La fotografía es uno de mis pasatiempos más favoritos: aves, atardeceres, paisajes, rostros, expresiones; todo me parece dejar una huella, un mensaje. Lo más hermoso es que en todo lo que logro captar con la cámara puedo ver la impronta de Dios.
Uno de los trabajos más difíciles para mi es "el nombre de la foto" ya que muchas veces la foto no es premeditada, solamente salió en el momento, fue fugaz. 
La fotografía que publiqué no tiene nombre, pero al ver el resultado de esta toma me lleva a pensar en el pecado, la esclavitud, la prisión. Quizás muchas personas se encuentran esclavas de algo y ven la libertad, lo exterior muy borrosa. 
Sólo Dios nos dá la libertad, el hombre permanece esclavo si se adora a sí mismo. "Si quitamos a Dios de nuestras vidas, no habrá libertad".

jueves, 26 de diciembre de 2019

Cuando llamas, Señor.

Estaba leyendo el libro del Cantar de los Cantares en el capítulo 5, cuando de repente me quedo pasmado por un mensaje tan hermoso. 
Resulta que al principio, para una vocación que anhela amar a Cristo hasta el final, le resulta muchas veces difícil decidir, y se libran en él grandes batallas.  La cuestión se resuelve entre el amor a Cristo o el amor de una amante, y eso quema en las entrañas. 
Muchas veces pasa que nuestro corazón será como la señorita del episodio, que temerosamente se irá a abrir, despacio, dudoso, miedoso, perdiendo el tiempo en responder, hasta llegar tarde, cuando el momento ya pasó (pasaron los años, ya tienes compañera, etc...)
U otras veces podemos ser como las cinco jóvenes vírgenes de la parábola que fueron prudentes y reservaron su aceite para el novio, para que les sirva en el momento que debe.

(Si se puede leer antes: Cantar de los Cantares 5, 2-6. y Mt 25, 1-13.)



Cuando llamas, Señor...
 
"Cuando llamas Señor, y no sé responder ¿Por qué será?.
No hay en mí una fuerza tan grande como la tuya, ni encuentro bien como tú en mi interior.
Solo sé que esto no es mío,  es tan frágil y tampoco se cuidarlo. Ayúdame Señor.
No quiero responder mal o rechazar tu llamado, pues sé que lloraré amargamente;
O te buscaré por toda la ciudad y ya no te encontraré, amante de las almas.
Dame gracia, dame fuerza, dame sabiduría, pues conozco bien mis débiles pasos y mis grandes caídas.
Cuando llamas Señor, no me encuentres dormido, o sin saber responder, porque tengo miedo que te vayas y no te vuelva a encontrar."

martes, 10 de diciembre de 2019

El cielo es para las aves




A veces la realidad se hace condensada y la mente se llena de tenebrosas neblinas.
Entonces en un momento ella se escapa sin avisar, quiere ser libre hacia otras realidades. Realidades que nunca existieron o nunca existirán, pero que están guardadas, bien escondidas del repentino ladrón.

La jaula se abrió y escapan las aves, aletean con desesperación hacia un lugar donde se sientan seguras, al menos por un momento, y olvidar el dolor que les causa la realidad de anhelar el cielo.
El cielo es para las aves, como para los peces el mar.

miércoles, 4 de diciembre de 2019

Verdades de un retiro espiritual

Es necesario que una vez al año nos dediquemos unos días para el recogimiento espiritual y el encuentro personal con Dios. 
Los seminaristas de la Congregación solemos tener por constitución, "retiros espirituales de 6 días", en los cuales nos tomamos el "descanso" merecido por todo un año de actividades; es un tiempo ideal donde el silencio, la oración y la meditación nos da pie para dedicarnos a adentrar y explorar nuestro interior. Es un tiempo cuando estando en la "presencia de Dios" comienzan a librarse épicas batallas, que merecen nuestra atención y también cuando nacen bellas oraciones y poemas como frutos de ellas.
Fue en mi primer retiro como profeso de la Congregación en los días de diciembre del año 2014, en la casa vocacional de Natalicio Tavera, es la casa del noviciado, (en otra ocasión describiré este hermoso lugar), cuando estando en un momento de meditación nació de mi interior esta oración o escrito personal: 

 
Todo para ti



Jesús, quiero darte gracias por la gracia y el don de poder ser tu amigo y por el llamado a ser tu discípulo.

Tú conoces mi corazón y las cosas que aun me cuestan cambiar o mejorar. A ti Señor, no quiero negarte nada, a pesar de mis debilidades y fallas. No quiero negarte nada de lo que me pides, por eso, quiero darte toda mi vida, todo lo que soy, todo lo que tengo, todo es tuyo, a ti te pertenece mi vida y mi ser.

Te entrego mi inteligencia,

Te entrego mis sueños,

Te entrego mis sentimientos,

Te entrego mis talentos personales,

Te entrego mi fuerza de voluntad,

Te entrego mis afectos personales,

Te entrego mi sexualidad,

Te entrego mis decisiones

Te entrego todo lo que me pase en este camino.

Tu lo sabes Señor, quiero ser todo tuyo. Amén.