Recuerdo que cuando era pequeño mi abuela solía llevarme a Misa todos los domingos en la capilla del barrio, también recuerdo oirla "cuchichear" el rezo de su rosario todas las noches. Más tarde cuando pude hablar yo mismo le pedí a mi abuela que me enseñara a rezar. Fueron primero sus palabras y luego yo las repetía, cada noche quería ir a dormir con la abuela porque los rezos me daban paz y quería hablar con Dios.
También recuerdo que a veces cuando rezaba me quedaba observando tres cuadros que ella tenía: uno era con el rostro de Jesús , y otros dos que creo que eran imágenes de Polonia o Ucrania, el primero es una casa solitaria en medio de un lago y alrededor árboles con sus hojas amarillas, el segundo era un bosque de altos árboles y un sendero al medio.
Niña/o agradece siempre a Dios por ese ser tan especial que Dios te puso al lado para llevarte a El, a tu mamá, abuela, tía, madrina, papá, padrino, abuelo, a quien sea. Y si hoy te toca ser alguien especial en la vida de un hijo, nieto, ahijado, no pierdas la oportunidad de darle el mejor regalo que puede recibir en este mundo, la FE.